lunes, 13 de diciembre de 2010

La Navidad Interior ( Laura Gutman )

Aunque este newsletter es de hace ya dos navidades, no puedo resisitirme a rescatarlo cada año pues me parece una manera preciosa de invitarnos a reflexionar sobre el verdadero sentido de la navidad y la importancia de vivirla desde el amor  y las cosas sencillas ,olvidandonos de la fiebre consumista que nos invade en estas fechas. Espero que os guste

Yasmin



La Navidad Interior

Las Navidades se han convertido en una agotadora carrera de compras masivas de computadoras, teléfonos celulares, cámaras digitales, i-phone, i-pod, y algún que otro juguete de plástico entre tanta tecnología. Las principales invitadas a la fiesta son las tarjetas de crédito, que se desangran en su afán por llenar todos los vacíos existenciales. Comemos hasta el hartazgo, discutimos con qué parte de la familia pasaremos las fiestas, abrimos los regalos entre llantos de niños desbordados…y terminamos desahuciados después de la terrible maratón.

Más profundamente, cada mes de diciembre compartimos el ritual de recordar una vivencia sencilla y extraordinaria: la historia de una madre que atravesó su parto en medio de la naturaleza, entre sus cabras, sus asnos y sus bueyes, amparada por un hombre llamado José. Según algunos textos, José partió en busca de la partera pero cuando ésta llegó, Jesús ya había nacido. La mujer al mirar la escena exclamó: “Ese niño que apenas nacido ya toma el pecho de su madre, se convertirá en un hombre que juzgará según el Amor y no según la Ley”. Esa preciosa criatura fue recibida en una atmósfera sagrada, con el calor del establo y bajo el éxtasis de la mirada amorosa de su madre. Dos mil años más tarde aún estamos festejando el nacimiento de un niño en buenas condiciones y reverenciando el milagro de la vida.

Pensándolo así, la Navidad debería ser la ocasión para rendir tributo a cada nuevo nacimiento de bebes cuidados y acariciados. Estos niños se convertirán en una generación de hombres y mujeres que traerán sabiduría y paz interior a los seres humanos. Por eso, decidamos si nos importa tanto seguir consumiendo frenéticamente alimentando la nada, o si es el momento de aportar algo de claridad, apoyo y cariño a cada mujer lista para parir, nutriendo el futuro.

Laura Gutman

martes, 7 de diciembre de 2010

¿Hay mujeres que bailan en el parto?

Quiero compartir con vosotros una entrevista cogido del blog alternativo ( http://www.elblogalternativo.com/ ) sobre la danza del vientre y el embarazo, o danza oriental consciente. En esta entrevista conocemos a fondo a Marisol Díez, quién hace cada día un gran trabajo para guiar a las madres hacía un embarazo y un parto consciente.


“La Danza Oriental Consciente hace que mejore la relación con el cuerpo, devolviendo la expresividad, la espontaneidad, y la capacidad de disfrutar de zonas que, en la cultura occidental no son del todo “bien consideradas”. El vientre, en la cultura occidental, sólo es valorado y puede ser enseñado con orgullo si es un vientre plano, musculado, más propio de una adolescente que de una mujer adulta. En la tradición oriental, el vientre es considerado parte fundamental de nuestro cuerpo, es el centro, el HARA, EL ORIGEN DE NUESTRA ENERGÍA VITAL”
“En mis sesiones con las mujeres hago lo posible para recuperar esta percepción de esta zona de nuestro cuerpo, más allá de lo estético. Cuando esto se consigue, la percepción de una misma, del propio cuerpo, la salud y el equilibrio interno, mejoran de manera “mágica”
“El objetivo principal de estas clases no es el de formar bailarinas y acabar en un escenario, sino como un recurso principal que AYUDARÁ A LAS MUJERES A TOMAR CONCIENCIA DE SU CUERPO, de cómo es, cómo funciona, cómo se mueve, cómo puede utilizar los movimientos para mejorar el equilibrio interno y la salud en general”
“También he bailado acompañando a otras mujeres en sus partos, pero no con pañuelos y lentejuelas, sino abrazada a ella, sudando con ella, gimiendo, cantando, girando, agachándonos y volviendo a levantarnos…, ofreciéndole mi cuerpo como apoyo físico cuando las fuerzas le fallaban (…) Acompañar a una mujer en ese momento es una experiencia íntima y salvaje. Única e irrepetible”
“Si una mujer ha bailado durante el embarazo, SI CONFÍAN EN SU PELVIS, EN SU ÚTERO, en que puede parir a su hijo, puede también utilizar esta fuerza para superar lo que a veces pueden ser situaciones no previstas”
“Cada vez se hace más necesario abrir la medicina convencional a recursos propios de medicinas más holísticas, y el trabajo en el cuerpo se hace algo fundamental. Los médicos generalistas aconsejan cada vez más a sus pacientes hacer yoga, tai-chi, danza del vientre, y cada vez están más abiertos a recomendar este tipo de técnicas”
Marisol Díez
La danza oriental es mucho más que un baile de seducción, espectáculo y lentejuelas. De origen ancestral pero asociada a la época faraónica, las sacerdotisas ofrecían bailes a los Dioses en ritos ligados a la fecundidad y al nacimiento.
En el siglo XXI, más allá de la moda y el exotismo, la danza oriental es una forma de reconciliación con nuestro cuerpo, especialmente con el lugar sagrado que es el vientre, y ofrece importantes efectos terapeúticos.
Marisol Díez es bailarina, profesora, psicoterapeuta corporal y doula y está especializada en lo que ella ha denominado “Danza Oriental Consciente” que comparte con todo tipo de mujeres, pero especialmente con embarazadas a quienes esta técnica ofrece numerosos beneficios a nivel físico y emocional y les facilita el parto en muchos sentidos.
En esta entrevista Marisol nos cuenta a través de su biografía, de sus dos partos como experiencias muy diferentes y de su formación continua, en qué consiste la Danza Oriental Consciente, cómo actúa, cómo encaja con los partos tan medicalizados, cómo lo están acogiendo las comadronas, personal sanitario y las propias madres, y nos muestra una visión gozosa y plena del nacimiento.
Y también es muy recomendable ver el reportaje en el que ella y sus alumnas aparecen.

1. ¿Qué es la Danza Oriental Consciente?

La “Danza Oriental Consciente” (DOC) tal y como yo la concibo, surgió como una variante de la Danza Oriental que podría estar incluida dentro de lo que entendemos como “Danzas Terapéuticas”. A partir del año 2005 empecé a utilizar el nombre de “Danza Oriental para el Nacimiento Consciente” refiriéndome a las sesiones que estaba haciendo desde el 2003 con las embarazadas en la maternidad Acuario (Alicante). Posteriormente, y por hacer más sencillo el nombre, empecé a llamar a mi trabajo “Danza Oriental Consciente” (DOC)
En las clases de DOC utilizo recursos técnicos de la danza oriental clásica, métodos de trabajo y manera de entender y trabajar el cuerpo muy afines y cercanos a otras técnicas orientales (yoga, chi-kung), además de otras herramientas tomadas de diversas técnicas psicoterapéuticas corporales y humanistas (bioenergética, gestalt).
El cuerpo es trabajado desde un punto de vista holístico, considerando que “somos cuerpo, mente y energía”, y teniendo en cuenta esto a la hora de presentar los ejercicios en las sesiones.
El objetivo principal de estas clases no es el de formar bailarinas y acabar en un escenario, sino como un recurso principal que ayudará a las mujeres a tomar conciencia de su cuerpo, de cómo es, cómo funciona, cómo se mueve, cómo puede utilizar los movimientos para mejorar el equilibrio interno y la salud en general.
Las herramientas tomadas de las terapias psicocorporales ayudan a centrar la atención en “el sentir” del cuerpo durante las sesiones, y dentro de la estructura de las mismas, se cuenta con un tiempo para la escucha y la expresión verbal de cada una de las participantes en el grupo, donde se invita a compartir emociones, sentimientos o preocupaciones.

2. ¿Cuáles son los beneficios en general de este tipo de danza?

Después de muchos años de experiencia he comprobado que esta manera de trabajar devuelve a nuestras vidas una dimensión que considero es fundamental para nuestras relaciones: la capacidad de “darnos cuenta”, de tomar conciencia de nuestro cuerpo, además de como este está íntimamente relacionado con el mundo de los pensamientos y emociones.
La Danza Oriental Consciente hace que mejore la relación con el cuerpo, devolviendo la expresividad, la espontaneidad, y la capacidad de disfrutar de zonas que, en la cultura occidental no son del todo “bien consideradas”.
El vientre, en la cultura occidental, sólo es valorado y puede ser enseñado con orgullo si es un vientre plano, musculado, más propio de una adolescente que de una mujer adulta. En la tradición oriental, el vientre es considerado parte fundamental de nuestro cuerpo, es el centro, el Hara, el origen de nuestra energía vital.
En mis sesiones con las mujeres hago lo posible para recuperar esta percepción de esta zona de nuestro cuerpo, más allá de lo estético. Cuando esto se consigue, la percepción de una misma, del propio cuerpo, la salud y el equilibrio interno, mejoran de manera “mágica”.

3. ¿Qué aporta la danza oriental en el embarazo, parto y posparto?

  • Prepara a la mujer física y emocionalmente para el momento del parto, ayudándole a recuperar la confianza en su cuerpo.
  • Crea un espacio de acogida donde la mujer se sienta confiada para compartir las emociones y dudas derivadas de su estado.
  • Ayuda a que la mujer viva de manera saludable y serena los cambios que irán ocurriendo en su cuerpo
  • Facilita el encuentro grupal con otras mujeres en su mismo estado
  • Prepara a la mujer para que pueda vivir tanto el embarazo como el nacimiento de su hijo/a como un proceso vital más dentro de su sexualidad
  • Favorece el contacto de la mamá (o en su caso, también de la pareja) con el bebé dentro del vientre. Facilitando así que ya se vaya estableciendo una relación con la niña o el niño que va a nacer
  • Durante el embarazo, la realización de los movimientos circulares ayuda a aliviar molestias en espalda, digestiones pesadas, ataques de ciática, etc..
  • Las mujeres aprenden y practican movimientos concretos que podrán utilizar en las diferentes fases del parto ayudando así a que las contracciones sean más eficaces y a que el bebé vaya descendiendo por el canal de parto
  • La participación activa de la mujer durante el parto es fundamental, y las sesiones de danza oriental consciente ayudan a que esta sea la actitud con que la mujer se enfrente a ese momento
  • En el posparto ayuda a que la mujer vuelva a sentirse femenina, da la posibilidad de encontrase de nuevo con otras mujeres y compartir experiencias, además de que la realización de los movimientos ayuda a que el cuerpo vaya recuperando su equilibrio poco a poco. Los ejercicios ayudan a recuperar el tono de la musculatura abdominal y suelo pélvico de una manera amable y divertida.

4. ¿Hay mujeres que bailan en el parto?

Esta pregunta siempre me hace sacar una sonrisa… Resulta curioso e insinuante imaginar a una bailarina, con sus velos y lentejuelas, como en un ritual mágico, bailando mientras da a luz a su bebé… En mis propios partos hice lo posible por moverme libremente, me balanceé, hice círculos de todos los tamaños y colores, utilicé los movimientos de la danza en todas las posturas imaginables… Me sentía bailando con mi hija…, pero esta no es la misma imagen que cuando una bailarina “baila” en un escenario, claro está.
También he bailado acompañando a otras mujeres en sus partos, pero no con pañuelos y lentejuelas, sino abrazada a ella, sudando con ella, gimiendo, cantando, girando, agachándonos y volviendo a levantarnos…, ofreciéndole mi cuerpo como apoyo físico cuando las fuerzas le fallaban…
Acompañar a una mujer en ese momento es una experiencia íntima y salvaje. Única e irrepetible.
El estado alterado de conciencia que tiene la mujer que está de parto, y sus acompañantes, si se dejan fluir con la experiencia, es incomparable a nada que puedas imaginar. Nunca sabes lo que va a pedirte el cuerpo. La cabeza ya no tiene nada que decir.
Asumir esto no es fácil en una cultura tan “controladora” a nivel racional como es la nuestra. Hay que estar muy preparada, física y emocionalmente, no sólo para parir, sino para acompañar a una mujer que está de parto. Laura Gutman nos lo cuenta estupendamente en sus libros y publicaciones.
Y sí…, para mi el parto fue como una danza, con mi bebé, con mi compañero, conmigo misma, con el cosmos…, pero una danza muy íntima…, la más íntima y hermosa.

5. ¿Es compatible la Danza Oriental Consciente con el parto medicalizado?

En un parto medicalizado la mujer se queda en una actitud pasiva frente al nacimiento de su bebé. A partir de ahí “los médicos mandan”, se supone que “ellos son los que saben”… Considero que esto debería ser exclusivamente una opción cuando hubiese motivos médicos que realmente lo justificaran. En un parto con epidural, la mujer pierde la sensibilidad de cintura para abajo, poco puede escuchar en ese momento a su cuerpo.
Cuando se utiliza oxitocina para provocar las contracciones y/o acelerar el parto, el cuerpo se ve desbordado por unas sensaciones muy fuertes que suelen ser vividas con ansiedad. El dolor y el miedo se apoderan de lo que ocurre. El paso siguiente suele ser la epidural. O la cesárea…
Si una mujer ha bailado durante el embarazo, si confían en su pelvis, en su útero, en que puede parir a su hijo, puede también utilizar esta fuerza para superar lo que a veces pueden ser situaciones no previstas.
El parto ocurre, y nadie puede asegurarte que por haber bailado, por haber hecho canto prenatal, por haber elegido tal o cual hospital, va a ser un parto perfecto e indoloro.
Lo que se mueve en un el nacimiento de un ser se escapa de nuestro control, queramos o no, y aceptar esto es el primer paso para relajar nuestros miedos.
Nuestro cuerpo está preparado para parir a nuestras crías. Sentir esto, recordar esto, es algo muy poderoso que posiblemente haga que sea cada vez menos necesario medicalizar un parto.

6. ¿Quién es Marisol Díez y como se especializó en esta técnica?

Nací hace ahora cuarenta años, en un hospital de Madrid, en un momento en el que el protocolo hospitalario hacía que los recién nacidos fueramos separados de nuestras madres durante horas. Esto posiblemente tuvo que ver de manera importante en el camino que tomó el resto de mi vida…
En el año 1986 comencé mi recorrido por el mundo de la danza con la danza-jazz. Fui una “alumna adelantada”, y en el año 1988 ya estaba impartiendo mis primeras clases de iniciación a la danza-jazz, muerta de miedo en aquel momento, por supuesto….
Desde entonces la vida ha dado muchas vueltas, y además de seguir bailando, y aprendiendo otras técnicas de danza (moderno, contemporáneo, clásico, oriental, etc..), continué trabajando como profesora de danza hasta la actualidad.
En el año 1995 conseguí la licenciatura en Psicología en la UAM de Marid, y el año 1999 terminaba mi formación como psicoterapeuta bioenergetista en el Instituto Español de Terapia Bioenergética con Luís Pelayo.
Desde mi nacimiento tenía algunas heridas y cicatrices que necesitaba “limpiar” antes de poder dedicarme profesionalmente a la psicoterapia, por lo que en el año 1988 empecé mi propio proceso terapéutico con una terapeuta bioenergetista. Esto duro varios años, durante los cuales también tuve algún encuentro con el psicoanálisis y la terapia gestalt.
Mi paso por la psicoterapia me ayudó infinitamente como persona y como profesional. Sigo sintiendo fundamental el paso por este proceso para poder acompañar en su propio crecimiento personal a otras personas.
En el año 1998 empecé a trabajar con pacientes en sesiones de psicoterapia individual y grupal, pero después de un año de experiencia decidí volver a la danza. Algo me hacía sentir con fuerza que debía encontrar mi propio camino como “acompañante emocional”, y posiblemente este estaba muy cerca de lo que ya estaba haciendo en aquel momento en mis clases de danza, aunque aún no me hubiese dado cuenta de ello.
Mi hijo Daniel nació hace 13 años en Acuario, y Alba nació en el 2001 en el hospital La Paz de Madrid. Dos experiencias tremendamente diferentes. Las dos me hicieron crecer como mujer y mejorar como persona, aunque la primera fue mucho más amable y respetuosa, conmigo y con el bebé.
De aquella primera experiencia sólo recuerdo momentos hermosos, pero además recuerdo lo fundamental que fue para mi el encontrar ese lugar donde yo podía expresarme libremente sin ser juzgada, donde podía aprovechar la movilidad de mi cuerpo para ayudar a mi hijo a nacer, y donde además, los profesionales me facilitaron recursos para que yo pudiese parir en vertical. Fue una experiencia de crecimiento personal increíble. Supe entonces que debía compartir esto con las mujeres.
En el año 2000 me formé como Doula (acompañante de partos) en Mare Nostrum, Barcelona, junto con las mujeres de la asociación de Mares Doules. Para terminar mi formación necesitaba acompañar a varias mujeres en sus embarazos y partos…, pero antes me tocaba pasar por otro embarazo: el mío propio.
Alba nació en el año 2001, y ella (como todos los hijos…) aún me traía otra lección preparada…
“Decidió” nacer en Marid, en el Hospital de La Paz. Me puse de parto cuando viajaba hacia Acuario 10 días antes de la fecha prevista de parto. Una lección de vida también sorprendente. Reconozco que pasé miedo, pero sentí con fuerza que mi hija me necesitaba, entera, yo tenía que parirla como sabía hacer. No podía permitir que nadie me metiese miedo…, (y os aseguro que lo intentaron).
La experiencia me demostró que era capaz de parir a mi hija ¡incluso en aquel lugar que yo sentía tan hostil! …Y mi hija nació con facilidad, rápidamente… A las cinco horas de que Alba había nacido pedí el alta voluntaria para irme de allí, con mi hija en los brazos.
En aquel momento vivíamos en León. Cuando Alba cumplió un año ya estábamos viviendo junto al mediterráneo, en Beniarbeig, junto a la maternidad Acuario. Sentía con una fuerza tremenda que el mejor lugar para poder compartir mi experiencia con otra mujeres, era en aquel hospital, que yo sentía que era “el hospital de las mujeres”.
En el 2003 empecé a colaborar con las matronas en las sesiones de preparación al parto y en el posparto. Fue entonces cuando tuve que encontrar un nombre apropiado para las sesiones que estaba haciendo con las mujeres embarazadas, y así nació la Danza Oriental para el Nacimiento Consciente. Posteriormente, y al utilizar este trabajo también con otros grupos diferentes (tercera edad, mujeres no embarazadas) pasó a llamarse simplemente Danza Oriental Consciente.
La bioenergética me había aportado recursos que me habían permitido disfrutar de una manera muy consciente de mis embarazos y partos. La danza oriental me “había devuelto” la relación amorosa con mi vientre de una manera muy poderosa. Los movimientos de la danza eran como auto-masajes durante el embarazo que llevaron mi conciencia muy, muy hacia adentro…, hacia mi útero, hacia mis orificios, hacia mi bebé.
El momento del parto, el momento del nacimiento de un nuevo ser, es ALGO SAGRADO. Es un momento en el que nace un bebé, pero además si se dan las condiciones necesarias, una “niña-adolescente-joven” se transforma en mujer-madre, un joven se transforma en padre y una nueva relación con el mundo empieza.
Este momento de crecimiento personal está al alcance de todos. Es de una intensidad y hermosura inimaginables, y tenemos el derecho a vivirlo. Podemos vivirlo, y yo quería y quiero acompañar a las mujeres, y a sus parejas, a tener esa experiencia. En esto consiste mi trabajo.
Después de esto la vida me regaló aún varias sorpresas: Tuve la ocasión de acompañar a varias mujeres, no sólo en sus embarazos, como doula y amiga, sino en sus partos. Y ví nacer a Estrella, a Almar, a Ibai, a Aimar y a Ayla. Estuve al lado de Laura, de Macarena, de Judith, y junto a ellas viví algunos de los momentos más impresionantes de mi vida.
Todo esto forma parte de mi “mochila de recursos” a la hora de trabajar con las mujeres. Mi formación recorre de forma paralela el mundo académico y el autodidactismo. Para mí el recorrido hecho hasta ahora está lleno de coherencia interna, aunque soy consciente de que aún me quedan aventuras por descubrir en el camino que he decidido tomar.
En los dos últimos años, y coincidiendo con mi trabajo con las mujeres mayores, me he sentido cerca del trabajo de acompañamiento a la muerte. El nacimiento y la muerte…, desde la conciencia y con respeto.

7. ¿A qué tipo de personas se dirigen tus cursos-talleres y en que consisten?

En la actualidad imparto clases regulares de Danza Oriental para mujeres en Ontígola, un pueblo que está junto a Aranjuez, donde vivo actualmente. Estas clases son para público general. En estas sesiones las mujeres aprenden técnica de danza oriental de “una manera especial”. Para mí es importante que las sesiones sirvan para que las mujeres se sientan después mejor.
Durante siete años estuve impartiendo sesiones de DOC en la maternidad Acuario, pero en este momento se han interrumpido por habernos mudado a vivir a Madrid. Espero poder volver a colaborar con ellas más adelante, pero por ahora estoy contactando con las matronas y profesionales de la salud cercanos a mi lugar de residencia para darles a conocer mi trabajo y volver a tener grupos de mujeres embarazadas.
Habitualmente imparto talleres intensivos a profesoras de danza, bailarinas y mujeres embarazadas que quieren acercarse a este trabajo. Los talleres de introducción suelen durar seis horas impartidas en dos módulos de tres horas, y en ellos se hace una primera toma de contacto donde las participantes tienen ocasión de experimentar, reflexionar y compartir desde el cuerpo que baila y se expresa.
Además, desde hace tres años imparto talleres intensivos para matronas en los colegios profesionales y escuelas de enfermería de toda España. Formo parte del equipo docente de la empresa Laboratorios Suavinex, que dedica parte de sus recursos a impartir talleres que completan y actualizan la formación de matronas y enfermeras. En estos talleres les muestro cómo pueden utilizar las herramientas de la Danza Oriental Consciente en sus grupos de preparación al parto, o incluso en los partos.
También imparto talleres de DOC destinados al trabajo de la “Autoimagen y Autoestima”, además de sesiones regulares para mujeres de más de 60 años que quieren recuperar movilidad y vitalidad. Las clases con estas mujeres son sorprendentes y muy, muy gratificantes.

8. ¿Están receptivas las matronas y el personal sanitario a este tipo de técnicas?

En este momento encuentro que hay bastante receptividad en el mundo médico en general. Cada vez están más reconocidas las enfermedades psicosomáticas, la relación entre cuerpo y mente ya no es “algo de hippies”…, y cada vez más la medicina occidental se encuentra sin recursos realmente eficaces que logren que las personas restablezcan su salud.
Cada vez se hace más necesario abrir la medicina convencional a recursos propios de medicinas más holísticas, y el trabajo en el cuerpo se hace algo fundamental. Los médicos generalistas aconsejan cada vez más a sus pacientes hacer yoga, tai-chi, danza del vientre, y cada vez están más abiertos a recomendar este tipo de técnicas.
El índice de cesáreas ha llegado a ser en España “de escándalo”. El exceso en el intervencionismo médico ha llegado a límites intolerables. Las mujeres cada vez reclamamos más que se nos de la posibilidad de parir a nuestros hijos de manera natural.
Las matronas más jóvenes, en general tienen claro que es valioso para ellas disponer de herramientas que ayuden a las mujeres a recuperar la confianza en su cuerpo. La importancia de facilitar la participación activa de las mujeres en su parto es incuestionable.
Las matronas que llevan más tiempo trabajando en el sistema sanitario en ocasiones “miran de reojo”, algo desconfiadas…, pero mi percepción después de trabajar con ellas es que, en cualquier caso, entienden y comparten la importancia de ayudar a que las mujeres vivan el embarazo y el parto no como una enfermedad, sino como algo saludable y hermoso que puede ser vivido como algo gozoso.

9. ¿Y cuál es la experiencia de las mamás?

No he tenido ocasión de hablar con todas las mujeres que han pasado por mis talleres, pero algunas si me contaron, emocionadas y divertidas, que algunos de los ejercicios que habíamos hecho en clase les habían venido muy bien durante el parto.

Muchas de ellas agradecen ese tiempo de “parar lo de fuera” para centrar su atención en su vientre, en su bebé. En muchas ocasiones se sorprenden de verse moverse de maneras que no podían ni imaginar, y sonríen cuando se sienten sensuales y “sexys”, a pesar de no tener un vientre plano…
Algunas de las molestias más comunes (acidez, estreñimiento, lumbalgias, ciáticas…) tienen alivio claro después de las clases, y sobre todo en sus caras se puede ver como después de las sesiones, las mujeres están más relajadas y con más energía.

10. ¿En qué ciudades impartes cursos y cuál es la agenda de los próximos meses?

Actualmente imparto clases regulares en Madrid: en el centro de ocio infantil Papageno tengo previstos talleres de Danza Oriental Consciente y de Terapia Bioenergética los días: 18 de diciembre, 22 de enero, 19 de febrero, 12 de marzo, 30 de abril y 21 de mayo.
Ya he estado con los talleres intensivos en Granada, Murcia, Alicante, Bilbao, Vitoria, Zaragoza, Madrid y Barcelona. Y espero estar próximamente en León, Cantabria, San Sebastián y Las Palmas, aunque las fechas están pendientes de confirmar.
Como dije antes, imparto además clases semanales para público general en Ontígola, pueblo de la provincia de Toledo que está junto a Aranjuez, donde vivo actualmente. Allí espero tener pronto abierto algún grupo de embarazadas para poder continuar con el trabajo que venía desarrollando en Acuario.

11. ¿Recomendarías algún libro sobre el tema o webs donde poder informarse?

No conozco ningún libro escrito sobre este tema. En mis talleres facilito a las participantes un listado de libros y lugares de internet que considero son importantes leer para alguien que quiera saber más sobre la maternidad, el movimiento consciente, el ejercicio físico durante el embarazo, las emociones y las técnicas psicoterapéuticas.


Continuar leyendo en El Blog Alternativo: http://www.elblogalternativo.com/2010/11/28/danza-oriental-consciente-en-el-embarazo-parto-y-mas-entrevistamos-a-marisol-diez-bailarina-y-psicoterapeuta-corporal/#ixzz17NTW7y84

martes, 23 de noviembre de 2010

FOTOS DE CURSO LA CREATIVIDAD EN EL EMBARAZO


El pasado día 21 de Noviembre pudimos disfrutar de un precioso curso en San pedro de Alcántara en el que compartimos varias actividades artísticas y relajantes....en las que nos dejamos envolver por un baño de sonido, por el disfrute del contacto con el barro y la flexibilidad mental que pueda llegar a darnos.
Una inmersión en el color y la magia que nos dejo un sabor imborrable


LA SALUD EN EL UTERO DECIDE LA SALUD PARA EL RESTO DE NUESTRA EXISTENCIA

¿Nacer con poco peso aumenta el riesgo de sufrir diabetes o un infarto? Suena determinista, pero nuevos estudios están avivando el controvertido debate sobre cómo la vida en el útero decide la salud para el resto de la existencia.

A principios de 1980, un epidemiólogo británico llamado David Barker, que investigaba en la Universidad de Southampton (Reino Unido), se enfrentó a un enigma después de elaborar un voluminoso mapa que recogía minuciosamente las causas de muerte en varias partes de Inglaterra y Gales. Barker estudiaba la incidencia de infartos y enfermedades del corazón entre 1968 y 1978, la mayor causa de muerte en los países ricos e industrializados, donde los alimentos ricos en calorías fluyen abundantemente como maná. Los datos reflejaron justamente lo contrario: en las zonas más pobres de Inglaterra, el norte y el este, la gente moría más frecuentemente por culpa de un ataque al corazón o un fallo cardiovascular, mientras que en las más adineradas y prósperas, el este y el sur, la incidencia de ataques al corazón era mucho más baja. Los datos estadísticos contradecían el sentido común. Las patologías del corazón se han ligado al exceso, la falta de ejercicio y las dietas supercalóricas abundantes en grasas, propias de los países ricos. "Hicimos ese mapa de Inglaterra y Gales porque estábamos interesados en explorar esta paradoja", relata Barker a El País Semanal. "Mientras las enfermedades coronarias aumentan a medida que las naciones se hacen más prósperas, la incidencia de estas enfermedades resultaba más alta entre la gente pobre".


· Barker encontró una relación entre el bajo peso al nacer y la hipertensión y enfermedades cardiovasculares cuando llegaban a adultos

Los fetos reciben señales a través de sus madres, y esto establece la biología del bebé a partir de la predicción del mundo en el que va a vivir

La buena noticia: es más fácil influir en el riesgo de enfermedades vasculares durante la vida adulta

Los británicos tienen una dieta bastante homogénea y no son amantes de las verduras. En comparación con la gente acomodada, los pobres comen menos verduras y frutas, pero tampoco mucho menos. Barker concluyó que estas diferencias no bastaban para explicar por qué los infartos se cebaban más en ellos, incluso teniendo en cuenta los hábitos poco saludables como fumar, y dedujo que la gente pobre era precisamente la más vulnerable al estilo de vida occidental. "Era bastante razonable sugerir que esta vulnerabilidad fue adquirida durante el desarrollo, probablemente el desarrollo temprano", afirma Barker.

Con la ayuda de un experto en estadística, Clive Osmond, Barker decidió bucear en el tiempo y tropezó con un nuevo enigma. Descubrió que las tasas de mortalidad más altas de la gente adulta se correspondían con los índices de mortalidad infantil ocurridos mucho tiempo atrás, entre 1921 y 1925, en las zonas donde habían nacido. Es decir, aquellos que fueron concebidos en lugares donde las muertes de recién nacidos o niños de corta edad eran más usuales tenían, medio siglo después, una probabilidad notablemente mayor de morir por una patología del corazón. Y, para complicar aún más el misterio, esas mismas cifras de mortalidad infantil resultaron sorprendentemente bajas en el sur y este de Londres, lugares que en los años veinte arrastraban en particular miseria y pobreza. Londres constituía un misterio dentro de otro misterio. ¿Cómo era posible que en estas zonas tan deprimidas en la segunda década del siglo pasado murieran menos niños al nacer?

Barker tenía la certeza de que los motivos podrían remontarse más atrás, en los primeros nueve meses de gestación, dentro del vientre de su madre. El enigma londinense arrojaba algunas pistas. Durante el siglo XIX hubo un flujo constante por el que los aldeanos y las gentes del campo acudían a la ciudad en busca de oportunidades y de trabajo, especialmente en el sur y el este de Londres. Las madres se alimentaban de los productos del campo de una forma mucho más saludable, por lo que sus hábitos dietéticos más sanos se reflejaron en su descendencia. Sus hijos tendían a morir menos que en otras zonas urbanas.

"Los hallazgos en Londres indicaban que era la vida dentro del vientre de la madre más que la propia infancia lo que contaba", asegura Barker. En 1986 publicó sus conclusiones en un artículo en la revista The Lancet , pero fue tachado casi de hereje, según relata el escritor científico Stephen Hall en New Yorker. Barker se dedicó a amasar números. Necesitaba encontrar la información sobre los hábitos alimentarios de las madres embarazadas de hace casi un siglo. Las autoridades médicas de aquella época no tendrían, en principio, la costumbre de anotar la ingesta de calorías y el tipo de dieta de las futuras madres.

Resultó que existía una increíble excepción. Una antigua ley local obligaba a las matronas y a los doctores a registrar cómo se alimentaban las embarazadas y a apuntar el peso de los recién nacidos en Hertfordshire, un condado al norte de Londres, desde 1911 hasta 1948, para garantizar la salud de los hombres cuando cumplieran el servicio militar. Barker encontró finalmente un legajo de libros polvorientos que documentaban los nacimientos de miles de niños a lo largo de 37 años, y se dedicó a casar los datos de los recién nacidos con sus defunciones cuando alcanzaban la edad adulta. Logró rastrear la vida de 5.654 hombres, más fáciles de seguir la pista ya que sus apellidos no cambiaban al contraer matrimonio, entre 1911 y 1930.

"Barker encontró que existía una relación entre el bajo peso al nacer y la hipertensión y enfermedades cardiovasculares, y más tarde, algunas formas de diabetes cuando ya eran adultos", explica el profesor y epidemiólogo Mark Hanson, de la Universidad de Southampton. En concreto, los hombres que pesaron apenas 2,5 kilos al nacer o menos constituían el grupo de más riesgo. Tenían entre dos y tres veces más probabilidades de sufrir un infarto, hipertensión, diabetes o el síndrome de resistencia a la insulina (dificulta metabolizar bien la glucosa).

Cuando Barker volvió a publicar en 1989 en The Lancet su hipótesis de que los acontecimientos durante la gestación producen una especie de imprimación al feto que le predispone a sufrir patologías en la vida adulta -sustentada por una estadística fiable-, muchos se enojaron. Si una mujer occidental y embarazada come incorrectamente o se encuentra bajo estrés, el feto interpreta a través de la madre -y de forma equivocada- un mundo exterior en el que hay escasez de alimentos y reprograma su metabolismo para adaptarse a ese futuro. El feto puede desarrollar una resistencia a la insulina que le facilita acumular más grasas en tiempos difíciles. El niño nace con un peso por debajo de lo normal, pero en un mundo en el que sobran las calorías y con el programa equivocado. A partir de los dos años corre riesgo de ganar peso, y si eso sucede, sufrirá con mucha mayor probabilidad una enfermedad cardiovascular, o se hará diabético, o hipertenso. Todo por culpa de su exposición como feto mientras estaba en el vientre de su madre.

El mensaje de que los hábitos de vida -y una cierta predisposición genética algo difusa- eran los culpables fundamentales del aumento epidémico de la diabetes o el infarto se tambaleó. Los críticos se lanzaron al ataque. En 1995, un editorial de la prestigiosa revista British Medical Journal tachó los resultados del estudio de Southampton de "inconsistentes" precisamente por poner el acento en algo tan borroso como "la alimentación del bebé que influye en las enfermedades que experimentará en su vida tardía". Sin embargo, y a pesar de los críticos, las conclusiones de Barker han ganado tanta fuerza como la bola de nieve que crece imparable cuesta abajo. "Estas ideas se han confirmado como absolutamente ciertas y se han constatado en muchos estudios con hombres y mujeres en Europa, Estados Unidos, India, China y Sudamérica. No hay dudas", asegura Hanson.

El último comentario lo ha publicado la ginecóloga Laura Schulz , de la Universidad de Misuri, en la revista Proceedings of The National Academy of Sciences de EE UU el pasado septiembre. Schulz hace referencia a un estudio llevado a cabo en mujeres cuyos embarazos transcurrieron entre el invierno de 1944 y la primavera de 1945 en Holanda, aún bajo la ocupación alemana, y que sufrieron la hambruna holandesa, poco antes del final de la guerra, tras el desembarco de los aliados en Normandía. La hambruna afectó a todas las clases sociales, y la gente tuvo que sobrevivir con lo que obtenía del campo. Las mujeres embarazadas tuvieron que apañárselas con una ración diaria que oscilaba entre las 400 y las 800 calorías. Esta situación ofreció a los investigadores un experimento social y humano de dimensiones trágicas, pero a una escala que permitía poner a prueba la tesis de Barker.

Las patologías cardiovasculares en la vida adulta aparecieron ligadas a la malnutrición de los fetos. Las asociaciones estadísticas fueron un poco más allá. Personas de entre 56 y 59 años, las cuales habían padecido la hambruna dentro de sus madres, fracasaban en los test que medían la atención selectiva y experimentaban una pérdida de sus habilidades cognitivas. En especial, aquellos expuestos a la malnutrición durante etapas tempranas de la gestación. No en vano, señala esta ginecóloga, es en esta etapa cuando se forman todas las estructuras fundamentales del sistema nervioso central. Parece un periodo crítico. Las alteraciones aparecen ligadas a anomalías del control del apetito, enfermedades mentales subyacentes y la pérdida de habilidades cognitivas en la vida adulta.

Hanson preside la Sociedad Internacional de los Orígenes de la Salud y la Enfermedad durante el Desarrollo (en inglés, International Society for Developmental Origins of Health and Disease). Asegura que el "efecto Barker" ya no solo se circunscribe a nacer con un peso por debajo de lo normal. El espectro se ha ampliado. Y nos afecta a todos. "El proceso opera en el rango normal de pesos al nacer", afirma este experto. La influencia se repite con cada feto humano. "Todos los fetos reciben señales del mundo exterior a través de sus madres antes de nacer, y esto establece la biología del bebé a partir de la predicción del mundo en el que va a vivir". Del acierto o fracaso de esta predicción depende, en última instancia, un futuro más o menos saludable.

Hanson habla aquí de un nuevo concepto médico, siempre en este contexto, en inglés mismatch, que podría traducirse como grado de error en la predicción. El feto predice un mundo malnutrido y se equivoca cuando nace en un ambiente lleno de recursos, y el grado de error es mayor. En el caso de los que nacieron después de la hambruna holandesa, sus "predicciones" resultaron erróneas. Poco después, la población retornó a la normalidad. Sin embargo, las madres embarazadas que tuvieron que soportar la falta de alimentos durante el asedio de Leningrado tuvieron que sobrevivir posteriormente en un futuro de escasez crónica. Sus retoños, expuestos a esta malnutrición, no desarrollaron índices mayores de obesidad y problemas cardiovasculares en la vida adulta. Ese desencaje entre lo que el feto espera y lo que encuentra podría ser la explicación del repentino aumento de enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoporosis (se ha observado que los recién nacidos con bajo peso mantienen una densidad ósea baja por culpa de alteraciones en la hormona del crecimiento y cortisol), hipertensión y enfermedades mentales en los países en desarrollo, países que asumen a marchas forzadas la cultura occidental.

"El ritmo de cambios ha sido muy rápido en países como India o China y en algunas partes de Latinoamérica como Brasil. Y el emparejamiento erróneo ocurre de forma mucho más rápida. Incluso vemos que ya hay gente joven con estas enfermedades. En ciudades como Pune, en India, que ha sufrido un cambio enorme en los últimos 20 años, o ciudades como Shanghái o Pekín, ya observamos índices muy altos de estas enfermedades", afirma Hanson.

Los estudios epidemiológicos están encontrando algunas conexiones interesantes con el cáncer. En mujeres, la incidencia de cáncer de ovario y de mama podría estar relacionada con el hecho de tener una madre con caderas anchas y niveles excesivos de estrógenos, la hormona que juega un papel esencial para formar los huesos de la cadera. Investigadores fineses han encontrado que las mujeres que nacieron con sobrepeso y que procedían de madres con caderas más anchas tienen más riesgo de sufrir un cáncer de mama, quizá por una excesiva exposición del feto a niveles altos de estrógenos. E igualmente, si esto ocurre durante los tres primeros meses de la gestación, la incidencia de cáncer testicular en hombres parece que aumenta en la vida adulta.

Por otra parte, los recién nacidos con un peso más bajo lo hacen con un número de nefronas tres veces inferior a lo normal. Las nefronas son las unidades individuales de los riñones que funcionan como diminutas depuradoras de la sangre. Riñones menos potentes empujan a la persona a la hipertensión en una etapa tardía. Los estudios han desvelado una geografía asociada a la gente pobre, a la insuficiencia renal y a los casos de ictus cerebral en la nación más rica de la tierra, Estados Unidos: los fallos renales son cinco veces más frecuentes en el Estado de Carolina del Sur, en especial en la población afroamericana, donde los índices de pobreza son más altos.

Otro estudio realizado por investigadores de Dinamarca, Finlandia y Francia, publicado hace solo unas semanas en la revista Human Reproduction Today, ha asociado la ingesta de analgésicos comunes como paracetamol, aspirina e ibuprofeno en el embarazo con la salud de los bebés de sexo masculino y su futura capacidad reproductiva. En concreto, el estudio relaciona dicho consumo con el aumento del riesgo de niños con testículos no descendidos (criptorquidia), un factor de riesgo de infertilidad y cáncer testicular en la vida adulta.

Incluso el tiempo de vida tampoco escapa a la influencia que ejerce el vientre de nuestras madres. Uno de los mayores estudios demográficos, realizado por el Instituto Max Planck, se centró en examinar los datos de nacimientos y muertes de 1.371.003 daneses y 681.677 austriacos. Los investigadores Gabriele Doblhammer y James W. Vaupel encontraron que los adultos que nacieron en otoño vivían más que los que nacieron en la primavera (seis meses de más en el caso de los austriacos y tres meses extra para los daneses). El estudio, recogido hace pocos años en la revista PNAS, señala que "las madres que alumbraron en otoño y principios de invierno tuvieron acceso a buenos alimentos, fruta fresca y verduras durante la mayor parte del embarazo, mientras que las que parieron en primavera y principios de verano experimentaron largos periodos de nutrición inadecuada".

Pero el misterio aún permanece. ¿Qué ocurre entre el feto y la madre? ¿De qué formas extrae el feto la información para reajustar su metabolismo y su biología? El feto se hace una idea de lo que sucede a través de los nutrientes que cruzan la placenta, explica Hanson. "Si la madre no se está alimentando de una manera equilibrada, los nutrientes pueden atravesar la placenta y llegar al feto. Sabemos también que hay señales hormonales, en particular la hormona del estrés, la cortisona, que atraviesan la placenta. Y que la madre probablemente altera su propia placenta, esencial para mantener con vida al feto. No sabemos cuáles son las señales precisas". Los culpables podrían ser la comida basura, "altos niveles de pan blanco, azúcar, patatas fritas, escasez de frutas y verduras, altos niveles de carne roja, bajos niveles de pescado, especialmente de pescado azul", según Hanson. "Y muchas mujeres son deficitarias en algunos micronutrientes, como el ácido fólico y algunas vitaminas".

Si la hipótesis de Barker apunta que un bajo peso al nacer se resume en más patologías futuras, esa consecuencia puede ahora aplicarse también a las dietas maternas excesivas, a las madres que ganan demasiado peso durante la gestación o que de por sí son obesas. Sus bebés obesos, indica Hanson, nacen con un exceso de grasas y con una salud futura comprometida. "Los problemas surgen en los dos extremos del espectro, madres que tienen una dieta desequilibrada y pobre, en la India rural o en China, o que lleva una dieta incorrecta y rica, como las madres norteamericanas o europeas".

Dos décadas después del estudio de Hertfordshire, montañas de estadísticas consolidan un nuevo escenario en el que la programación realizada en el feto parece escribirse con letras de hierro. Tanto que, al leer estas líneas, usted podría pensar que ya es demasiado tarde: nuestras vidas ya fueron predeterminadas en una etapa en la que ni éramos conscientes. Nueve meses determinantes. Casi una sentencia.

Rachel Huxley, profesora de la Universidad de Minnesota y experta en la epidemiología de las enfermedades vasculares, cree que los libros populares que presentan el útero femenino como una especie de bola de cristal rozan el sensacionalismo. "Es bastante irresponsable sugerir que no podemos hacer nada en nuestra adolescencia y vida adulta para influir en los riesgos de nuestra salud", asegura Huxley. Si nacer con un bajo peso supone un riesgo para el corazón, ¿cómo cuantificarlo? Los estudios sugieren que un kilo de más en un recién nacido (cuya madre ha seguido una dieta equilibrada) podría suponer un descenso del riesgo cardiovascular entre un 10% y 20%, explica esta experta. Pero, en el mejor de los casos, una buena intervención nutricional durante el embarazo lograría aumentar el peso en el nacimiento tan solo unos 100 gramos , asegura Huxley, lo que se traduce en una disminución del riesgo de entre el 1% y el 2%. Por el contrario, se ha comprobado que mediante la modificación de la dieta es posible rebajar el colesterol LDL (que colapsa nuestras arterias) entre un 15% y 20%, y que los tratamientos farmacológicos logran rebajar sus concentraciones en un tercio. No estamos indefensos después de nacer. Hay margen de maniobra. Es la buena noticia. "La facilidad para influir de forma apreciable en el riesgo de enfermedades vasculares durante la vida adulta, bien mediante el cambio de la presión sanguínea y el colesterol, o dejar de fumar, es mucho más grande que cualquier estrategia que aumente el peso al nacer".

Mark Hanson, que ha contribuido a ampliar de manera sólida la hipótesis de Barker, rechaza igualmente la idea de que nuestro destino se geste en el útero. Implica un determinismo que sugiere que todo está escrito en los genes, cuando no es así. "Es la idea de que algunas personas tienen más riesgo porque han heredado genes específicos de su padre o de su madre, pero lo cierto es que los genes de la diabetes, de las enfermedades del corazón o el ictus cerebral no se han encontrado". Para Hanson, no hay determinismo. El ambiente es capaz de activar ciertos genes o desactivarlos (una rama de la biología llamada epigenética, aún poco conocida), y eso ocurre durante la gestación, tras el nacimiento, y en nuestra vida de adultos.

Los estudios sobre cómo el feto reajusta sus sistemas mientras está dentro de la madre pueden proporcionarnos las pistas para ajustar esos sistemas cuando seamos mayores. "Somos menos adaptables a medida que envejecemos", admite Hanson, "pero si dejas de fumar o sigues una dieta baja en carbohidratos vas a vivir más tiempo. Durante toda la vida, siempre hay algo que se puede hacer al respecto".


jueves, 18 de noviembre de 2010

PUERPERIO

Has nacido como madre! La conciencia acrecentada se arremolina en tu nuevo y desconocido cuerpo, exudas ese nuevo olor a hembra por todos tus poros exaltados y no estás loca, no, eres instinto, eres flor acuática exuberante, que se abre a la luna de la noche de las sombras que se ocultan y aparecen al paso de las nubes, el lenguaje se te agolpa en las sienes y se tornan carmesí las ideas, pues tu intelecto se abalanza sobre las esculturas de la razón, emergiendo de las profundidades lejanos sonidos de la selva que silba por entre tus cabellos enredados. Eres loba, eres gata, eres mujer desnuda que se pierde en los contornos de la duda chorreante y sedienta de la nada. Matices de locura en este viaje a lo desconocido de un alma nueva que clama y grita por no dejarse ahogar civilizada, alienada, acallada en el remoto de los vértices de la sociedad que acota los estallidos del ser libre que clama victoria. Escucha a tus adentros escúchate mujer con valentía y sin duda, pues a través de este nuevo ritual estrenado te han sido otorgadas las claves del secreto que guardas entre tus brazos, tan solo escúchate mujer, mírate hacia dentro, es tu hijo el que te habla y te susurra entre sollozos el arte de ser madre entretejido entre tus pechos sabios de sabia pura, sacúdete la razón de los que te alquitranan los pasos y mírate hacia dentro.

Inmaculada Romero

lunes, 15 de noviembre de 2010

CONTESTACION DE UNA DOULA EN UN FORO EN EL QUE MATRONAS DEBATEN LA NECESIDAD DE LAS DOULAS
















He estado leyendo varios comentarios sobre las doulas y por lo que veo algunas de las comadronas de este foro están realmente indignadas y preocupadas por la función de la doula, por un lado, no me extraña, pues aquí participan las comadronas que realmente les gusta su trabajo, quieren hacerlo bien y mejor y se preocupan realmente de estar al día en todo lo referente a su labor y desarrollarla con dignidad y profesionalidad, pero no deja de sorprenderme que una comadrona pueda pensar que las doulas sean un perjudicio para el ejercicio de su profesión, pues estoy convencida que es algo imposible, que el papel de la doula, pueda perjudicar a la tareas própias de las comadronas, desde mi punto de vista ,la función de la doula "complementa" por decirlo de alguna manera y sin querer ofender a nadie ,a la función de la comadrona.
Llevo días preguntándome porqué las comadronas se pueden sentir "amenazadas" por alguien que sencillamente se ofrece para estar al lado de una madre ,para acompañarla el tiempo que sea necesario, escucharla, ayudarla en casa, apoyarla en la lactancia ,acudiendo diariamente a su hogar para lo que pueda necesitar...no acabo de ver el intrusismo, me parece algo absurdo y siento enormemente que no haya entendimiento.
De todas maneras si una madre cuenta con los cuidados y atención continua de su comadrona en el momento del parto y posparto inmediato, para qué una doula?
Estoy de acuerdo, esto suele pasar en los hospitales pequeños y os aseguro que las madres estan muy satisfechas con la atención recibida. A no ser que les toque el ginecólogo "desconsiderado" o la comadrona "estresada" o la enfermera "amargada" o el celador que hace una carrera de obstáculos con tu camilla, que eso ya es tema a parte.
Pero...y si en el hospital que pare la madre ,la comadrona atiende a 2 mujeres o más? por qué no una doula? , para no dejarla sola junto a un marido habitualmente asustado y preocupado? la doula no le va a hacer tactos, ni a controlarle el latido fetal, ni a cambiarle el suero, ni a informarle sobre como evoluciona, ni a controlarle la TA, ni a ofrecerle opciones...sencillamente se quedará a su lado, le hablará, consolará , paseará con ella, quizás es mucho intrusismo?
Es evidente que lo mejor es ,que aumentaran la plantilla de comadronas, en eso estoy de acuerdo y aún así , la doula tendría una función y creo que la más práctica y útil hoy en día: acompañar a la madre en su posparto y no para "controlar" que todo evolucione bien, eso también es tarea de la comadrona, sino más bien para apoyarla y ayudarla en lo que pueda necesitar.

A mi, como mujer y madre sensibilizada en este tema, me gusta ayudar a otras mujeres que están pasando por lo que yo pasé y solidarizarme con ellas, de hecho , soy responsable de un grupo de apoyo a la lactancia materna y la crianza sin ánimo de lucro, pero si cobro cuando realizo servicio de doula, (4 euros más que una señora de la limpieza), tampoco es para forrarse! a cambio, suelo estar disponible a casi cualquier hora y día, también telefónicamente. Par mi, no es un "negocio muy lucrativo"
Ojalá algún día se puedan aclarar los malos entendidos.

Pego aquí , una respuesta anterior sobre el mismo tema:
cuales son las "funciones "de la doula?

Durante el parto:

En España su existencia no es todavía lo bastante conocida, el trabajo de la doula se limita actualmente en nuestro país, a acompañar a la madre que ha optado por un parto natural, ya sea en el propio hogar o en una casa de partos. La doula es una ayudante de la comadrona, en ningún momento su substituta y atiende sus indicaciones de manera eficaz.
La doula se queda en un discreto segundo plano para ayudar en lo que sea necesario (soporte emocional para la madre, atención a otros niños en la familia, calentar agua, cocina, atender el teléfono, fotos, etc.), siempre según le pida la comadrona.
Inmediatamente después del parto ayuda en la limpieza y a acomodar a la madre y al bebé (hacer la cama, preparar las infusiones y comida, poner lavadoras, etc.)
Las doulas no dan ningún consejo médico sino que deben tener una buena comprensión de la fisiología del nacimiento y del período postnatal para ayudar a la mujer a encontrar soluciones cuando ella necesita orientación.

Después del parto:

En el postparto, la doula es una ayuda inestimable en el hogar, sobretodo si la presencia de abuelas o amigas no es posible o deseada. Después de dar a luz, la mayoría de las mujeres se encuentran sumamente fatigadas, irritables o inseguras; las ocupaciones cotidianas se pueden convertir a menudo en una montaña inaccesible, por otro lado, también el padre debe de acostumbrarse a la nueva situación y seguir con su trabajo. Es entonces cuando la doula podrá ayudar a la mujer en las labores domésticas, el cuidado de los otros hijos,la comida, las compras...al mismo tiempo que cuidará a la mujer ayudándola también a favorecer la importante lactancia materna ( sabemos que los inicios , a veces, pueden ser difíciles, sobre todo cuando llegas a casa tras una cesarea o 2 dias después de haber parido y no ha subido la leche o hay grietas o biberones de suplementoo pezoneras o ingurgitaciónes o gemelos..., dudas, dolor, tristeza...consejos contradictorios, suegras que te aseguran que ellas lo hacían mejor que tu...) aquí la doula puede dar información (sobre todo si ha pasado por el mismo proceso y además tiene experiencia y formación adecuada y actualizada) y puede ayudar a la madre a desarrollar sus propias capacidades para amamantar y cuidar a su hijo, animarla y sostenerla. De este modo, la nueva madre puede concentrarse en el bebé y en ella misma (lo cual también es muy importante).
Muchas veces, sólo es cuestión de echarles una mano a las madres para que confien de nuevo en si mismas a la hora de resolver los pequeños problemas o dudas que van surgiendo. Otras veces la doula se encarga de derivar a los nuevos padres hacia los profesionales médicos necesarios.
La doula se compromete a ayudar a la madre diariamente ,visitándola en su hogar, teniendo en cuenta las necesidades de cada familia y contando con una fluida comunicación telefónica.
Las doulas pretendemos asumir el papel de soporte que antes hacían las mujeres de la familia de forma natural, ofreciendo a la madre una ayuda tanto a nivel práctico como emocional, con una actitud de respeto y amor a toda nueva realidad familiar, lejos de los condicionantes emocionales de la propia familia y de las presiones sociales (que son muchas)

De donde salen?

En Estados Unidos, las doulas se preparan y estan acreditadas por una organización central conocida con el nombre de "Doulas of North America (DONA)" , que agrupa 4.300 miembros. En este pais los primeros grupos de doulas surgieron en la decada de los 60.
En Inglaterra existen el grupo Doula UK, que prepara doulas y trabaja conjuntamente con comadronas para establecer codigos de conducta y procedimientos.
En Holanda, Bèlgica, Alemania...la doula también tiene una posición reconocida y normalizada y a menudo su coste es asumido o retornado por la asistencia sanitaria social.

Debemos agradecer mucho a las comadronas, médicos y demás profesionales que nos han apoyado y enseñado, que aún entregan su tiempo y su saber para renovar nuestro entusiasmo. Y naturalmente , agradecemos infinitamente la confianza que nos han dado las familias con las que hemos trabajado, y con las que se ha formado un lazo sólido e imborrable para todas nosotras.

Opino que en cualquier trabajo si se quiere ofrecer calidad, por sencillo que sea, es importante estar formado, aunque nunca vayas a utilizar determinada técnica o determinado recurso, creo que el saber no ocupa lugar y por supuesto estoy convencida,(de ahí mi larga explicación) que el trabajo de la doula no desplaza en ningún sentido al impotante y fundamental trabajo de la comadrona, es como pensar que la enfermera, con todos sus conocimientos de fisiología y patología va a ser "un gran problema para los medicos de intrusismo profesional"

Cada cual tiene su función y es evidente que la doula no hace las funciones de una comadrona o comadrón, vuestra profesión, creo que es irreemplazable, maravillosa y especial para todo ser humano y es fundamental que la defendais, ánimo!!

Puedo decir bien alto, que la parte buena y entrañable de mis partos, fueron gracias a dos magníficas comadronas: ,que estoy orgullosa y encantada de que fueran ellas que ayudaran a nacer a mis hijos, con su profesionalidad y su gran corazón . El resto de la experiencia, me la reservo, pues no viene al caso.

lunes, 8 de noviembre de 2010

LA DANZA DE LA VIDA (CARTA DE UNA DOULA)










Mi teléfono móvil suena en la oscuridad de la noche..Todo está previsto desde hace ya varios días; salgo con sigilo de casa con infinitas mariposas que revolotean en mi estómago ¡estoy Feliz! de nuevo voy a ver bailar la danza de la vida. Los míos se quedan plácidamente dormidos mientras salgo no sin antes haber repasado mi bolso de Mary Popins, dónde cabe de todo y mientras me dirijo hacia el coche, respiro profundamente relajándome y sonriendo a la preciosa noche estrellada que me envuelve mientras desaparezco en busca del “planeta parto”. Ya llego al encuentro de la pareja que vienen desprendiendo aroma a nuevo, a miedo a lo desconocido, dejemos volar pues las mariposas libres vaciándonos de toda hormona inoportuna que irrumpa sin invitación en esta fiesta. Miro al cielo rogando al infinito que vengan los buenos a visitarnos y que las hadas del nacimiento cumplan con su acuerdo.

Entramos en el hospital no sin antes ponernos la armadura de luz refulgente (por supuesto), quien nos llevara de la mano? Seguiremos respirando, respirando cada mirada y cada gesto. Resulta difícil buscar en el recuerdo momentos agradables en hospitales… Saco de mi baraja el As del amor y el papi que está atento saca el suyo de la dulzura buscando en cada mirada un aliado. La primera prueba admisión: superada, todo en orden la mami respira cada pocos pasos un sinfín de contracciones que irrumpen violando su avance por el pasillo, perseguidos por una silla de ruedas vacía que viene protocolarizada de las manos de su correspondiente celador. Bromeamos y avanzamos lentos pero firmes. Para llegar a la segunda prueba: El con-tacto, nos hacen esperar un rato en el que el eterno se hace dueño, hasta que en el silencio aparece la comadrona que nos atenderá y les hace pasar y se pierden por un largo pasillo iluminado con las palabras de bienvenida resonando en mi mente como un eco: espere aquí, aquí, aquiiiiii…. Respirando de nuevo en lo profundo repito mi mantra y pienso en ella envolviéndola en luz, que otra cosa puedo hacer?..Esperar y meditar. Por fin viene el padre y me comenta que están en monitores y que les van a asignar una habitación, pronto pasamos allí. Tercera prueba: invisibilidad, hazte invisible y entra en el palacio de forma cautelosa como si no existieras y mantente así hasta el final dónde no te pillen los malos… Y funciona ¡ Y entro con ellos dónde vamos a caminar juntos el camino sinuoso de la subida a la montaña estoy feliz y ellos también, aunque ella: la diosa sigue gimiendo. Nos ubicamos cada uno en su sitio como en una danza yo quedo detrás de ella sirviéndole de apoyo el padre está delante mirándola y acariciando su pelo mientras le da una mano firme y poderosa. Y se pasa el tiempo lento y pesado espiándonos por las rendijas. Susurros, lamentos, gemidos, risas, jadeos este es el sonido de nuestra banda sonora en penumbra con el batir del abanico de fondo. Y poco a poco y sin interrupciones vamos llegando a la cima en un compas perfecto, vamos adentrándonos en el mundo sin fin, en el infinito…. ella está completamente ausente sumergida en lo profundo, él se ha quedado casi exhausto y me pide con la mirada confirmación, aliento cuando llega la contracción y la ve retorcerse. Ya falta poco para el último Gran Baile, mis brazos donde están? No los siento llevo horas apretando su coxis masajeando sus caderas, sus pies y mi cintura? No sé si podré incorporarme de nuevo…. Mejor no sentirse de momento respirar y quedarse pacientemente.

GANAS DE EMPUJAR!! Ya la cabecita de su preciosa criatura se va abriendo paso, es el momento de avisar ¡hay mejor no! dice ella no digas nada todavía… Y allí seguimos esperando mecidos por una pequeña tregua. Y ahora si ,ya es inminente y apretamos el botón de la cuenta atrás y aparece rauda la enfermera de planta que viene como si hubiera sonado la alarma de incendios, la miro tranquila intentando envolverla en nuestro halo de luz, en nuestra sacralidad, no resulta fácil su adrenalina viene empujando y la madre tiene que hacer algunos esfuerzos para contenerse. Por fin vuelve a irse y ahora a esperar a que venga el celador y nos traslade a la sala de partos ,probablemente perseguidos ahora por una cama; pero este niño es muy listo y ha decidido dónde quiere nacer y en el mismo momento casi que la enfermera sale por la puerta, comienza su descenso ininterrumpido y brutal por el canal del parto, el padre sale corriendo en busca de alguien sin pensarlo, yo me quedo con ella tranquilizándola, cuando veo de repente su vulva abombarse sin remedio y una matita de pelo asomarse. Llega casi al mismo tiempo que la matrona con el padre que irrumpen en el momento en que la coronación del rey ya esta lista, la madre está en cuclillas cogida a la cama apretando, no por que quiera si no porque no puede hacer otra cosa ,es la gran madre la que le empuja de forma bestial y ella obedece. Yo la sujeto por las axilas para darle más apoyo, por suerte la comadrona es de las nuestras y con voz tranquilizadora dice muy bien, lo haces muy bien y se tira cuerpo a tierra para examinar su vulva que ya tiene media cabeza fuera. El padre la coge de las manos y aprieta con ella cada contracción, respira, jadea es como si realmente los dos apretaran por necesidad imperiosa para que el niño naciera. Que belleza, que fuerza, que maravilla!!! Cuatro empujones y ahí estaba por fin el precioso niño, deslizándose por entre sus piernas, lo coge el padre se lo entrega los dos en un mar de lágrimas, abrazos, besos y por encima de ellos ese bendito sonido del llanto de su hijo que hace eco de la nueva sinfonía de amor que allí suena. Ha sido un parto íntimo, respetado y sagrado como ellos querían y la comadrona y yo nos quedamos en un rincón casi sin respirar para no romper la magia de ese momento, ya después seguirá la danza…..Doy gracias, gracias a la vida, gracias a los padres que me han invitado a esta preciosa celebración sagrada y a este niño divino que ya rosado y calentito mama del pecho de su madre y la mira con los ojos bien abiertos reconociéndola y agradeciéndole esta bienvenida. Yo abrazo a todos y me voy llena de esa sensación indescriptible de esperanza. Dispuesta a dormir largas horas después del gran esfuerzo ahora si miro el reloj y han pasado 9 horas desde que entramos en el hospital. Me voy satisfecha a por mí merecido descanso.

Por: Inmaculada Romero