jueves, 7 de octubre de 2010

Musicoterapia Prenatal




El cuerpo humano funciona como una caja de resonancia que recoge los sonidos del ambiente y los transmite al cerebro que los modifica a través de las emociones y experiencias para luego vivirlos como agradables o desagradables. Ya desde la etapa prenatal, el feto se desarrolla en un universo lleno de sonidos: los sonidos vitales de la madre, el latido de su corazón, el ritmo de la respiración, la vibración del líquido amniótico, la circulación, su voz….  Hace tiempo se pensaba que el feto era una masa psíquicamente indiferente y que sólo después de nacer aprendería a utilizar sus órganos sensoriales. Hoy en día esta idea estática ha sido sustituida por una visión más dinámica según la cual el feto durante la vida intrauterina dispone de sentidos operantes y vive experiencias sensoriales. Podemos decir que el útero es un ambiente sonoro donde el feto madura su capacidad de oír, de interactuar y de contestar. El feto oye desde un principio por vía táctil, a través de los poros de la piel, y percibe los sonidos como vibraciones, luego desde el 5º mes de gestación también por el canal auditivo. El feto percibe tanto los sonidos interiores del cuerpo de la madre, como algunos de los sonidos exteriores del ambiente a su alrededor.  Entre los sonidos destaca el del corazón de la madre que percibe a unos 72 decibelios (para hacernos una idea 10 dB corresponden al movimiento de las hojas, 30 dB a una conversación normal, 110 dB al ruido de una motocicleta en marcha). La voz materna se coloca a la mitad entre los sonidos interiores y aquellos exteriores dado que la percibe tanto como un sonido exógeno, como endógeno a través de la transmisión ósea y de los órganos internos. El feto no reconoce las palabras pero percibe los trazados prosaicos del discurso, representados por altura, intensidad, timbre, duración de los sonidos emitidos. De hecho son estos elementos los que dan significado a una frase hablada; cuando hablamos, el canal de transmisión del significado viene dado por la música del lenguaje, por lo que el feto no discrimina las palabras pero reconoce el significado más profundo.  Ya Tomatis señaló a su tiempo como toda la existencia prenatal está acompañada por las voces de la madre y del padre, que con sus vibraciones estimulan de forma irrepetible el sistema neurosensorial del niño durante el transcurso de su formación.  La voz de los padres es para el niño una llamada a la vida además que una huella capaz de marcar la existencia en términos emocionales, afectivos y cognitivos. En la noche intrauterina encuentran su origen sus características temperamentales, en parte relacionadas con las estimulaciones motrices y tónico-fónicas de los padres, además de la predisposición a la adquisición del lenguaje que llegará en los dos primeros años de vida y se completará mas adelante.  La etapa prenatal  Investigaciones científicas en Medicina, Psicología, Biología y Genética, demuestran que el ser humano construye las primeras bases de su salud, de su equilibrio psíquico y de su inteligencia durante el periodo prenatal. Se ha demostrado que el bebé en el útero es un ser sensible, sociable, comunicativo, etc. y que empieza a educarse al mismo tiempo que se forma, a partir de las fuerzas de la vida que están en él /ella, teniendo como mediadora a su madre. En esta etapa de construcción temprana del vínculo, los padres tienen un papel esencial. La creatividad en el embarazo  El embarazo es un estado idóneo para el desarrollo de diversas actividades inspiradoras y expresivas, reflejo del intenso proceso creativo que se lleva a cabo desde la concepción hasta el momento del parto. La música, la visualización, la danza, el canto, así como el desarrollo de diversas actividades artísticas, pueden ayudarnos a nutrirnos en este proceso de la mano de nuestras facultades no verbales y no racionales: visuales, imaginativas e intuitivas.  Entre los beneficios de trabajar la creatividad en el período prenatal destaca la activación del hemisferio derecho del cerebro, el cual, gracias a las investigaciones del doctor Michel Odent, se está comprobando que acerca a la madre a su parte más instintiva y primaria y a la producción de endorfinas, hormonas esenciales para el proceso del parto. A su vez, estos momentos de creatividad serán muy beneficiosos para el bebé, el cual se nutre de las vivencias de su madre durante el embarazo.  La expresión creativa, además, proporciona un marco idóneo para la expresión de los intensos sentimientos vividos en este período de grandes cambios. La Musicoterapia Prenatal  El objetivo principal de la Musicoterapia Prenatal es la búsqueda de un estado de mayor armonización psicofísica que posibilite la aparición de cambios beneficiosos tanto para los padres como para el bebé.  Ésto se hace posible en cuanto que la Musicoterapia genera un espacio expresivo-comunicativo en el cual el proceso de “hacer”, “producir” y “crear”, contribuye a:      * la elaboración de sensaciones y emociones (alegría, miedo, ansiedad, angustia, etc.) propias de esta etapa,     * la toma de conciencia y aceptación de los cambios corporales, del desarrollo físico, psíquico emocional del bebé     * la construcción de un vínculo sano con el bebé.   El uso de lenguajes expresivos (sonoro-musicales) y del canto favorece la canalización del estrés, la ansiedad y demás aspectos psico-afectivos elaborándolos dentro de un marco creativo y contenedor. Asimismo, las técnicas corporales se utilizan para trabajar sobre el esquema y la imagen corporal lo cual conduce, al conocimiento y control del propio cuerpo. Esta primera etapa del abordaje, es necesaria y fundamental para que las mamás se sientan confiadas y seguras de sí mismas .  Las madres pueden, con la orientación del musicoterapeuta, establecer códigos de comunicación significativos con el bebé a través del uso, combinación y creación de sonidos, ritmos , melodías y canciones. La implementación sistemática de recursos sonoro-musicales favorece el vínculo con el bebé al tiempo que estimula su desarrollo mental, ya que progresivamente son capaces de reconocer y discriminar sonidos, así como también asociarlos a ciertos movimientos del cuerpo, estados de ánimo, etc.  El tiempo de la gestación es un momento particularmente privilegiado para cantar. Muy pronto la mujer siente el deseo de comunicarse con el ser que se desarrolla en ella y los reflejos arcaicos de la palabra van a surgir, muchas veces con sorpresa. En la escucha de los cambios de su cuerpo, un diálogo sutil se instala entre ella y el bebé.  La variedad de las melodías, además va a hacer mover el diafragma hacia el fondo del útero y a través del líquido amniótico. Los movimientos espontáneos durante las canciones, han permitido desarrollar todo lo que significa el ritmo y el balanceo a partir de las pulsiones biológicas que nos sostienen. Se sabe ahora la importancia de los balanceos a nivel del cerebro y el estímulo diferenciado para el líquido cefalo-raquideo. El niño está alojado en el centro de las resonancias y el balanceo materno. Los trabajos sobre la memoria oral en las tradiciones populares, permitieron afirmar que los balanceos bastante pronunciados a nivel corporal, con cambios de eje para el bebé, parecen aportarle un sentimiento de seguridad profunda en el eje lateral y excitar su córtex, facilitando la memorización de mensajes enviados en eje adelante-atrás.  En ese momento también, los cantos rítmicos serán muy importantes. Los ritmos sincopados del jazz, por ejemplo, recordarán al niño cómo se escuchaban el corazón de su mamá y el suyo, y se calmará.  Las sesiones de musicoterapéutia incluyen también a los padres; cuya presencia y participación , es importantísima para que la pareja transite el camino de ser padres, acompañándose, aprendiendo uno del otro y comunicándose con su hijo desde antes de nacer. En las sesiones hay siempre un espacio para los intercambios entre las personas del grupo , creando así un importante espacio de intercambio y apoyo.  Este acercamiento vocal y afectivo que crece mes a mes, va a permitirles tanto a los padres como a los bebés reconocerse inmediatamente después del nacimiento. Es el momento para una mamá y un papá “que cantan” de ofrecer al bebé “su” canción. Esa que ellos eligieron durante los cursos, la que cantaban en su casa a dos voces, esa que será para siempre el fundamento de la intimidad de los tres.  Es maravilloso ver cómo se calma la respiración del bebé cuando sus padres cantan junto a él. Se distiende, abre los ojos, escucha con todo su cuerpo y abre las manos como antenas para captar el sonido.  Espléndida manera de saludar a la vida que llega!  …el niño está alojado en el centro de las resonancias y el balanceo materno.

Articulo de Esther Santiago y Myriam Chiozza

1 comentario:

  1. Durante el embarazo de Adrian canté, bailé y escuche mucha música. No con la intención de estimularle ni nada parecido si no porque me gustaba y me sentia a gusto. Ahora somos Adrian y yo quienes cantamos juntos al bebé que llevo en mi vientre y , beneficios a parte, es una forma preciosa de pasar el rato y de vincular a ambos hermanos

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